-Bueno, con lo que llevamos trabajado sobre el predicado no creo que vayáis a tener problemas para identificarlo y analizarlo. Sin embargo, todavía nos falta una cosilla. Hasta ahora hemos adoptado el punto de vista del protagonista, el que hace la acción. Pero ¿qué pasaría si transformáramos a este protagonista en víctima de la acción?
-Esto me suena a argumento de una serie policíaca que...
-Bueno, Dani, sin exagerar. Lo que os quería decir es que en el sistema lingüístico tenemos mecanismos para transformar una oración activa en pasiva, según nos interese enfatizar una cosa u otra.
-No entiendo a dónde quieres llegar, Manuel.
-En principio, lo que pretendo es que aprendáis a manejar los recursos expresivos... Como os decía, se trata de un mecanismo simple. ¿Recordáis que el verbo disponía de morfemas gramaticales de persona, número, modo...? Pues, bien. Dispone además de otro morfema gramatical interesante: la voz. A veces no interesa destacar tanto quién hizo la acción sino la acción misma. Entonces recurrimos a la voz pasiva, ya sabéis: el verbo "ser" más el participio pasado del verbo conjugado.