Una amiga nuestra, Marina, sigue una tradición común en su familia. El día de su cumpleaños mide su altura y anota en un papel ese dato para llevar una constancia de la evolución de la misma. De esa manera, tiene en su registro dos sucesiones, la que corresponde a los años que cumple y la que corresponde a su altura. La segunda es una sucesión que seguramente no tendrá una regla de formación, ya que la altura de un año no tiene por qué guardar relación con la del siguiente. Pero la primera, la de los años que cumple, sí es una sucesión particular: cada término es una unidad más que el anterior.
En este apartado vamos a trabajar con unas sucesiones particulares en las que cada término se obtiene al sumarle al anterior una cantidad fija, son lo que se llaman progresiones aritméticas.