Si te fijas un poco en la vida que te rodea; encontrarás con facilidad cosas que están íntimamente relacionadas con otras del mismo entorno, de tal forma que la evolución de una de ellas depende de la evolución de otras. Por ejemplo, imaginamos que tu objetivo final, además de aprender, es aprobar esta asignatura para poder seguir desarrollándote en tus estudios, pero es evidente que conseguir esa meta depende de cuáles sean tus conocimientos de cursos anteriores y de lo que trabajes esta materia durante este curso.
Hay veces en los que la relación de dependencia es más clara y además cuantificable. Por ejemplo, si el kilogramo de manzanas está a 0,65 euros y tú vas a comprar una determinada cantidad, es evidente que lo que debes pagar depende de la cantidad exacta de manzanas que vayas a comprar.
Las relaciones de dependencia entre dos elementos, especialmente aquellas que se pueden cuantificar fácilmente, son a las que nos vamos a dedicar en este tema y en el siguiente.