Hay ocasiones en que los valores que pueden tomar la variable independiente que estemos trabajando son aislados. Por ejemplo, si estudiamos la relación que hay entre el número de personas que están en una sala de cine viendo una película y la recaudación de las entradas, está claro que el número de personas puede ser 26 o 27, pero entre esos dos valores no hay valores intermedios posibles. Cuando a la variable independiente le ocurre esto decimos que es discreta.
Por el contrario, si nos fijamos en los pesos que tienen los pollos en un supermercado relacionándolos con su precio, es evidente que entre pesar 3 o 4 kilos hay muchos otros resultados posibles, por lo tanto, la variable independiente toma muchos valores intermedios y recibe el nombre de continua.