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Debate final: transmitir la experiencia.

Parece fácil, pero hay que encontrar el momento y las palabras.

La transmisión de la experiencia no sucede de forma natural, como resultado del simple contacto entre las generaciones. Si no hubiéramos inventado medios de transmisión, no existiría la cultura. Si no hubiéramos creado la escritura, la transmisión habría sido solamente oral, como lo fue durante muchos milenios.

Todo eso está muy bien, ¿no? Los seres humanos han creado civilizaciones a lo largo y ancho del planeta, que nos han legado huellas, símbolos, palabras, memoria.

Sin embargo, puede ser que la producción de medios tan sofisticados para construir culturas tan complejas como las contemporáneas haya provocado una gran paradoja: los medios sustituyen a las personas e incluso dificultan o ponen trabas a la relación personal entre distintas generaciones: madres y padres con sus hijas e hijos, abuelas y abuelos con sus nietos, sabios y sabias, cargados de experiencia, con la gente joven. Podríamos poner muchos ejemplos: los móviles, los videojuegos, incluso los libros, pueden provocar aislamiento en vez de relación.

¿Tenemos tiempo y ocasiones para transmitir nuestra propia experiencia, dentro de la familia o de la escuela? ¿Hablamos de lo que importa?

Fases del debate.

Duración:
Una sesión (60 min).
Agrupamiento:
Siete equipos de dos a cuatro personas.

Planteamiento: lectura de un poema (5 min).

Juana Castro, "Mujer mirando al sur", Cartas de enero (2010).

Sigue el enlace al poema.

Guillermina Elías. Recitado del poema "Mujer al sur" por Juana Castro durante la entrega de los II premios Rosa Regás de educación en igualdad, Córdoba, 2009. (CC BY-SA)

Primera parte: la experiencia personal (30 min).

¿De qué secreta evidencia nos habla como un oráculo (una pitonisa) este poema?

¿Te parece difícil hablar con las personas mayores de las evidencias y las vivencias del cuerpo y los secretos de la sexualidad? ¿Por qué?

¿A qué crees que se debe la paradoja o el absurdo de que en los medios sociales se haga una propaganda obscena de una sexualidad sin sentimiento y sin comunicación recíproca, donde las mujeres son mercancía y objeto de abuso, mientras que se habla poco de la sexualidad vivida personalmente en los hogares o en las aulas?

¿Puede servirnos la Literatura para comunicar la experiencia humana, personal, no solo de la sexualidad, sino del cuidado, el trabajo, la pareja, la libertad, las opciones vitales... mejor que lo hacen los medios sociales? ¿Por qué sí o por qué no, en qué condiciones?

Segunda parte: la vuestra (20 min).

¿Qué queréis expresar vosotras y vosotros?